Has finalizado tus estudios, excelentes calificaciones; aprendes idiomas e informática. Tus brillantes puntuaciones se traducen en una carrera universitaria valorada y reconocida. Ahora el reto es comenzar a trabajar.
Se supone que nos regimos en un sistema de meritocracia, pero ésta es inviable cuando no se da igualdad de oportunidades ni de condiciones.
Los procesos de captación y promoción son definidos y liderados por hombres donde los aspectos que se valoran vienen condicionados por quienes deben definir los criterios y por la importancia de las redes informales para configurar equipos de confianza. Es muy difícil introducir mujeres en las redes informales de quienes toman decisiones. Es necesario adoptar mecanismos de selección y promoción más neutros e igualitarios.
Si eres mujer, además, tienes problemas añadidos: puedes quedarte embarazada o tener personas dependientes a tu cargo. Porque ambas tareas están relacionadas con los CUIDADOS y éstos, indefectiblemente, se asocian en el imaginario colectivo a las mujeres, a todas.
La conciliación es un problema, lo es la dificultad de conciliar y lo es que los hombres no concilien, para ello necesitamos una corresponsabilidad, no sólo por parte de los hombres, sino de la sociedad en su conjunto; necesitamos una reorganización corresponsable de los tiempos.
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