"Las personas llevan el universo en su interior: son lo que encuentran en sí mismas y encuentran en otras, únicamente, lo que esperan encontrar"
Proverbio Sufí

domingo, 1 de mayo de 2011

DIOTIMA DE MANTINEA (siglo V a. de C.)

REPRESENTACIÓN DE DIOTIMA PINTADA POR JÒSEF SIMMLER EN 1855


A Diotima, sacerdotisa de Mantinea, Platón le atribuye en El Banquete las teorías desarrolladas por Sócrates sobre el amor y la belleza y este dice deberle todo lo que sabe. Esta atribución ha sido tomada como una ficción literaria, sin embargo, existe una Diotima de Mantinea que, según la tradición, llegó a Atenas en el año 440 a. de C. para preservar a la ciudad de la peste, parece ser que ordenó la purificación de la ciudad a base de procedimientos prácticos y, gracias a ello, se evitó durante diez años la epidemia que irrumpió finalmente al inicio de la guerra del Peloponeso.

El conocimiento de Diotima, como el de muchas otras mujeres que eran médicas, filósofas y sacerdotisas, reúne la antiquísima sabiduría basada en la observación de la naturaleza, y conjuga sus actividades religiosas con la enseñanza y la medicina.

Las tesis de Diotima en relación al alma son diferentes a las mantenidas por Platón en todas sus obras, incluso en aquéllas que fueron escritas en la misma época.

Diotima mantiene que el deseo por la inmortalidad conduce a las personas a intentar generar una progenitura (descendencia, continuidad) de la psique, y que esta progenitura es siempre humana, nunca animal. Por lo tanto, el alma de la persona que tiene una falta de virtud para generar una progenitura del alma no sigue el camino del hombre sin virtud de Platón, que se reencarna en la siguiente vida en mujer o animal (metempscosis o principio de trasmigración del alma). El alma de Diotima es marcadamente no platónica: no es eterna, si no llegase a generar una progenitura (continuidad) del alma, presumiblemente dejará de existir cuando el cuerpo muera, y no conseguirá la inmortalidad. Diotima no se compromete en cuanto a los orígenes de la psique; sin embargo, el retrato que esboza indica que las personas desarrollan ciertas cualidades de sus almas que se convierten en rasgos característicos de la persona.

El concepto socrático-platónico del alma supone una visión de la persona como algo subyacente a lo que se añaden las cualidades que le son inherentes. El concepto de la identidad personal de Diotima es que la persona es una suma de las cualidades; que no existe un yo esencial subyacente a los atributos personales. En la visión de Diotima, la persona es idéntica con las cualidades morales e intelectuales. Por consiguiente, y según Diotima, la persona consigue la inmortalidad reproduciendo estas cualidades o bien pariendo una progenitura del alma.

Waithe afirma que, por lo que se sabe, no existen estudios que hayan sugerido que la teoría de Platón sobre la identidad personal se atribuya a Sócrates.

Tendríamos que buscar preferiblemente si el concepto elaborado por Diotima puede ser justificado al sugerir que Platón abandonó su teoría sobre la identidad personal antes de escribir el Symposium o que abandonó la teoría de Diotima después de haber elaborado ésta. Por lo tanto, concluye Waithe, es mucho más fácil que Diotima fuese un personaje real que poseía estas ideas filosóficas concretas, y que, al igual que los apotegmas de otros filósofos cuyos conocimientos fueran plasmados más tarde, surgiesen referenciadas por boca de Sócrates.



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