Si la dirección no sabe o desconoce fórmulas que ayuden a motivar a sus equipos, teniendo en cuenta que la motivación es uno de los factores que repercute de forma más directa en la productividad y, por tanto, en la rentabilidad de la empresa, tenemos un buen lío.
Es importante lograr entornos laborales adecuados, en los que las personas se sientan satisfechas y orgullosas de su trabajo y de su papel dentro de la organización.
El coaching, técnicas que ayudan a las personas en el ámbito profesional o personal a conocerse mejor a sí mismas y a desarrollar una serie de habilidades específicas, puede constituirse como una herramienta clave para el éxito en muchas empresas. Con el coaching se introducen métodos de motivación profesional que permiten aumentar la productividad, mejorar el ambiente de trabajo y reducir el absentismo laboral.
Se recomienda a la dirección que, a la hora de animar las personas, tenga en cuenta que quien trabaja debe sentir su utilidad y creatividad en su puesto, evitando tareas monótonas; que debe informarse del resultado de su trabajo para reforzar el sentimiento de utilidad; premiar con ascensos o más responsabilidad si se hace bien el trabajo, y ofrecer reconocimiento aunque los éxitos no hayan sido los esperados.
En definitiva, para motivar es necesario valorar la labor de las personas y dar feedbacks.