En un estudio realizado por la Organización de Mujeres Empresarias y Gerencia Activa (OMEGA) y la Fundación Banesto : "IMPACTO DE LA ACTIVIDAD EMPRESARIAL FEMENINA EN LA ECONOMÍA ESPAÑOLA" se constata que una mujer de entre 36 y 45 años, con estudios universitarios y con una empresa dedicada al sector servicios (hostelería, consultoría y asesoría) es el perfil de la emprendedora en nuestro país.
Las empresas lideradas por mujeres son más pequeñas que las de los hombres; son negocios que crecen poco a poco, con buena consolidación, precisamente porque asumen menos riesgos.
Tras estos negocios pequeños y con "poco riesgo" se encuentran mujeres que parten de cero, cuya única fuente de financiación son los propios recursos y que, sin embargo, aportan a la economía de sus hogares entre el 50% y el 100% de los ingresos totales; esto es, llevan una parte importante del peso de la economía doméstica o lo hacen en su totalidad.
En cuanto al uso del tiempo, como no, la práctica mayoría tiene que dedicar, además, parte de su tiempo a las tareas de cuidado (que realiza en solitario en la mayoría de las ocasiones).
Esto sólo es un breve resumen de 324 páginas, pero nos basta para hacer alguna reflexión:
- ¿Por qué estamos concentradas en el sector servicios? ¿Feminización en el emprendizaje?
- El 71% comienza de la nada, en pequeños negocios, con menor asunción del riesgo: ¿Miedo, falta de decisión...?
- 94,3% compagina labores empresariales con tareas de cuidado: ¿No sabemos organizarnos?
Mujeres inteligentes, con iniciativa, capaces de abrir y mantener negocios rentables, a la vez que CUIDAN de su gente, sin ayudas y que continúan invisibilizadas por la sociedad, las administraciones y su entorno porque nuestra cultura es lo que nos enseña: "SER PARA LOS DEMÁS".
Cambiar el paradigma implica conocer los mecanismos que construyen nuestras creencias, saber cómo operan en nuestras conductas y, si queremos, modificarlas.
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