"Las personas llevan el universo en su interior: son lo que encuentran en sí mismas y encuentran en otras, únicamente, lo que esperan encontrar"
Proverbio Sufí

martes, 23 de febrero de 2010

¿Información versus Sentimientos?

Cada día con mayor frecuencia recibimos una gran cantidad de información, que intentamos recordar, sistematizar, gestionar...pero nos despreocupamos de lo que sentimos y de cómo nos sentimos. Por supuesto, tampoco somos capaces de mirar en ese sentido a nuestro alrededor.
Perdemos de vista que la información, por sí misma, no tiene valor si se desestima su relación con las personas y de éstas con sus sentimientos y emociones.
Las competencias de las personas y las oportunidades que puedan tener dependen, no sólo de las informaciones (conocimientos) que tengan, sino de cómo las interioricen (sientan, vivan).
Como dice Doris Lessing:
" Cualquier persona, en cualquier parte, florecerá con cien talentos y capacidades inesperadas, simplemente por haber tenido la oportunidad de poder hacerlo"

sábado, 13 de febrero de 2010

Cuento sobre nuestro futuro


Una pareja vivía en la orilla de un camino y vendía perritos calientes. No tenía radio, ni TV, ni leía periódicos; pero hacían y vendían buenos perritos calientes. Se preocupaban por la divulgación de su negocio y colocaban carteles de propaganda por el camino, ofrecían su producto en voz alta y el pueblo les compraba.


Las ventas fueron aumentando cada vez más, compraban el mejor pan y las mejores salchichas. Llegó un momento en que fue necesario comprar un carrito más grande para atender a la creciente clientela. El negocio prosperaba. Su perrito caliente era el mejor de la región.


Venciendo su situación económica inicial, pudieron pagar una buena educación a su hijo e hija, que fueron creciendo y se matricularon en Economía en la mejor universidad del país.Finalmente, graduados con honores, volvieron a casa con ideas diferentes sobre el negocio que les había mantenido los años anteriores.


La hija apostaba por continuar en la línea expansiva del negocio que habían iniciado sus padres, pero su hermano decía: ¿no escuchan la radio?¿no ven la televisión?¿no leen los periódicos? !Hay una gran crisis en el mundo¡ !La situación de nuestro país es crítica¡ !El país va a quebrar¡


Tras valorar las opiniones de ambos, la pareja pensó que su hijo tenía razón y, con miedo de la crisis, buscaron el pan más barato (peor), la salchicha más barata (peor) y dejaron de hacer sus carteles de propaganda. Abatidos por la crisis no ofrecían su producto en voz alta, ni atendían con entusiasmo a los clientes.


Con todas estas precauciones, las ventas comenzaron a caer hasta niveles insoportables y, finalmente, quebraron.


Muy tristes reunieron a su hija y a su hijo y les dijeron: menos mal que te hicimos caso, hijo, y no seguimos los consejos de tu hermana; estamos en medio de una gran crisis y, gracias a que nos avisaste, pudimos tomar precauciones. Si hubiésemos seguido los consejos de tu hermana, hoy estaríamos en la ruina.


"Los resultados que obtengas son la consecuencia directa de la calidad y la cantidad de tu trabajo. Medita sobre tus errores y felicítate por tus éxitos"

lunes, 8 de febrero de 2010

¡Quiero tener un trabajo normal!


Si, si, habéis leído bien. Esto lo escucho a menudo y de más de una persona de diferentes empresas, todo sea dicho.

Y, claro, ¿de qué se quejan? os preguntaréis.

También es verdad, en tiempos de crisis como los que corren tienen trabajo, que no es poco, no trabajan a la intemperie, sino tras una mesa, con un ordenador, calefacción en invierno... Más normal no puede ser, seguro que son del funcionariado¡¡¡

Pues no.

Son personas que trabajan rodeadas de otras personas y para ellas, pero les resultan invisibles, tanto que un saludo a su paso sería una novedad; eso sí, el día que surge el mínimo problema se les exige profesionalidad, eficiencia (aunque no sea competencia suya) y, por supuesto amabilidad, la que nadie les proporciona el resto de los días.

Yo también estoy asombrada de ver a diario personas que se dedican a la actividad comercial y que son capaces de pasar más de cuatro veces al día delante de la misma persona sin decir ni "HOLA", debe ser que consumen toda su simpatía en la actividad laboral...

Cuando se está aludiendo a un trabajo "normal", más bien se está haciendo referencia a un trabajo en el que el CLIMA LABORAL sea adecuado, cordial; la vida no es plana para nadie, tenemos problemas más o menos graves o molestos, pero cargar con una mochila de malhumor permanente crea malestar en nuestro entorno y eso, también, es un condicionante de la productividad.

Y tú, ¿tienes un trabajo normal?

jueves, 4 de febrero de 2010

¿Quién va a sacarnos de la crisis?


Llevamos meses con la crisis a vueltas, esperando, criticando y demandando a otras personas e instituciones que ideen una solución.
Es cierto que hay determinadas herramientas y estrategias que dependen de organismos autonómicos, nacionales o supranacionales; pero no podemos sentarnos y esperar a ver qué pasa.
Todos los días tomamos decisiones que afectan a nuestras vidas, también por omisión.
Nadie ha dicho que resulte fácil, pero cuando deseamos que algo ocurra, tenemos la capacidad para lograrlo; esa capacidad no se resume en encender una vela y repetir lo que deseas, puedes ponerla en práctica teniendo claro tu objetivo y diseñando la estrategia que te conduzca a él.
El camino puede no ser una línea recta, cabe la posibilidad que se convierta en tortuoso, incluso, es posible, que modifiques el objetivo o lo cambies durante el proceso... ¡ES LA VIDA¡
Salir de la crisis también depende de tí, de lo que haces y decides cada día.
¿Quieres ver o sentir tu vida?

lunes, 1 de febrero de 2010

Cuento sobre la Resiliencia

Un hijo se quejaba con su madre acerca de su vida y de cómo las cosas le resultaban tan difíciles. No sabía cómo hacer para seguir adelante y creía que se daría por vencido. Estaba cansado de luchar. Parecía que cuando solucionaba un problema aparecía otro.
Su madre le llevó a la cocina; allí llenó tres ollas con agua y las colocó sobre el fuego. En una colocó zanahorias; en otra, huevos; en la tercera, puso granos de café. Las dejó hervir sin decir palabra.
El hijo esperó impacientemente, preguntándose qué estaría haciendo su madre. A los veinte mintutos la madre apagó el fuego. Sacó las zanahorias y las colocó en un tazón. Sacó los huevos y los puso sobre un plato. Finalmente, coló el café y lo sirvió en una taza.
Mirando a su hijo le dijo: ¿Qué ves?. Zanahorias, huevos y café, fue su respuesta. Le hizo acercarse más y le pidió que tocara las zanahorias, él lo hizo y notó que estaban blandas. Luego le pidió que tomara un huevo y lo rompiera; al quitarle la cácara, observó que el huevo estaba duro. Finalmente le pidió que probara el café; él sonrió mientras disfrutaba de su aroma.
Humildemente, el hijo preguntó: ¿qué significa esto madre?. Es química, le explicó: los tres elementos se han enfrentado a la misma adversidad: agua hirviendo, pero han reccionado de forma diferente en función de sus características.
  • La zanahoria llegó al agua fuerte y dura; pero, después de pasar por el agua hirviendo, se ha puesto débil, fácil de deshacer.
  • El huevo ha llegado al agua frágil, su cáscara protegía un líquido interior; pero, después de estar en el agua hirviendo, su interior se ha endurecido.
  • Los granos de café, sin embargo, son únicos: después de estar en el agua hirviendo, ha sido capaces de cambiar el agua y sus propiedades.
¿Cuál eres tú, hijo? Cuando la adversidad llama a tu puerta, ¿cómo respondes?, preguntó a su hijo.
  • ¿Eres una zanahoria, que parece fuerte, pero cuando la adversidad y el dolor te tocan, te vuelves débil y pierdes tu fortaleza?
  • ¿Eres un huevo, que comienza con un corazón maleable, un espíritu fluido, pero tras una muerte, una separación o un despido te has vuelto duro y rígido? Por fuera pareces el mismo, pero eres amargado y áspero, con un espíritu y un corazón endurecidos.
  • O ¿eres como el grano de café? El café cambia al agua hirviendo, el elemento que le causa dolor. Cuando el agua llega al punto de ebullición, el café alcanza su mejor sabor.
Si eres como el grano de café: cuando las cosas se ponen peor tú reaccionas en forma positiva, sin dejarte vencer, y haces que las cosas a tu alrededor mejores; que ante la adversidad exista siempre una luz que ilumina tu camino y el de las personas que te rodean. Esparces con tu fuerza y positivismo "el dulce aroma del café"
Y tú, ¿cuál de los tres eres?